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Comiendo con tus hijos

Educando a todo nivel

Quizás hoy en día la mejor herencia que podemos dejarles a nuestros hijos es una buena salud y unos buenos hábitos alimentarios para que no sufran en su vida la temida obesidad y todas las enfermedades que ello acarrea y que por consiguiente van a influir en su calidad de vida; puede parecer utópico o repetitivo,.... pero es cierto.

Como es lógico, queremos lo mejor para nuestros hijos: una buena formación, una infancia feliz, una buena salud... En cuanto a esto último, la salud, aparte de proporcionarles la asistencia médica que necesiten, lo mejor que podemos hacer por ellos es darles unos buenos hábitos alimenticios, que son la mejor prevención contra la obesidad. Y, sobre todo, procurar que no ingresen en la edad adulta como obesos. Esto no es una posibilidad remota, ni mucho menos, porque hoy día, en el Perú, de cada 10 niños, de 3 a 4 presentan problemas de obesidad o sobrepeso.
Independientemente de las estadísticas, estudios oficiales y opiniones de expertos, es evidente que al pasear por la calle vemos cada vez más a niños inusualmente gordos; con una obesidad distinta incluso a la tradicional: se les ve inflados. No falta quien achaca esto a los videojuegos (tan socorridos para culparles de todos los males posibles hasta la violencia infantil), a los malos hábitos alimentarios, o al consumo de dulces con exceso.

Malas costumbres

Curiosamente, nadie comenta que los adultos estamos peor que ellos (en más porcentaje y con más kilos de más), y que los niños no pueden hacer más que repetir los patrones aprendidos. Si alguien hace el ejercicio de mirar lo que compran los padres (basta con fijarse en las cajas de supermercado), se horrorizarán de ver lo que de allí sale: refrescos azucarados sin mesura, galletas azucaradas, chocolatadas, salchichas grasientas, harinas refinadas, etc. Ésa es nuestra enseñanza, alimentación que eleva la insulina en la sangre hasta convertir a nuestros hijos en diabéticos precoces. Completamos el día visitando los sitios de comida rápida donde reciben la recompensa de kilos de grasas y azúcares por el simple hecho de "no haber sido malos".

La era de la información

Un primer paso es de darles una formación nutricional correcta. Esto lo conseguiremos, poco a poco, explicándoles la importancia de nutrirse bien: lo que es bueno y lo que es malo, aquello de lo que no se debe abusar y, sobre todo, enseñarles con el ejemplo. Aprovecharemos los momentos de la compra, preparación de los alimentos y al poner la mesa, involucrarlos en estas actividades y que así puedan asumir como propias las enseñanzas que les demos. En este sentido, la influencia de la familia es mucho más poderosa que la de las autoridades, médicos, profesores, y otros profesionales; podemos ser el mejor ejemplo para nuestros hijos, pero también podemos ser el peor ejemplo a la hora de hablar de hábitos alimentarios

Con respecto a su alimentación, no debemos facilitarles el acceso a la "chatarra", bebidas azucaradas, tortas y demás alimentos poco saludables, y lo mejor es que no los vean en casa, ni darles dinero para que los compren ellos. Por el contrario, hay que favorecer que tomen la cantidad adecuada de otros alimentos, y quizá los más importantes, pero problemáticos, como las frutas, verduras y pescados.

Jugando y comiendo….pero aprendiendo!!!

Con las frutas y verduras se puede ser creativo y permitir que ellos también lo sean: una canoa (un plátano) ocupada por dos indios (dos fresas) será devorada con más entusiasmo que si las ponemos simplemente en un plato. Ellos pueden partir la lechuga con formas fantásticas (mariposas, nubes,...), o convertir un tomate y unas rodajas de pepino en una carroza. Por cierto: si son un poco mayorcitos, les encanta licuar la fruta, y si la han batido ellos, se la tomarán hasta la última gota sin replicar. También podemos añadir frutas o verduras, finamente troceadas, a los platos de carne: lomo con puré de manzana, hortalizas mezcladas con la carne picada, etc...... esto se llama "Estrategia".

Respecto al pescado, lo más importante es al comprarlo, que no tengan problemas de espinas: lomos o filetes, atún,... Debemos fijarnos en las especies que tienen más aceptación para centrarnos en ellas, pero cambiando la preparación como: a la plancha, apanados, al horno,...... para no cansarlos. Y no olvidemos las salsas: salsa blanca, mayonesa, salsa golf u otras; se pueden inclusive hacer con lácteos libres de grasa que a veces hacen milagros a la hora de comer las legumbres y vegetales.

Sentarnos alrededor de la mesa no solo se puede convertir en un momento de compartir sino muchas veces en el acto de amor más grande que podamos darle a nuestros hijos.