martes, 21 de junio de 2011

engordar en invierno



ENGORDAR EN INVIERNO?

La primera gran inquietud al terminar el verano es: ¿y ahora en invierno voy a engordar? Pues no deberíamos hacerlo. La alimentación se constituye en una herramienta muy eficaz para hacer frente al invierno, lo cual no implica engordar o comer más.

Al empezar el verano generalmente tenemos que arreglar esos kilitos de más para entrar en nuestro traje de baño y prepararnos para la temporada de calor. Generalmente comemos alimentos más frescos como las frutas y las verduras, y abundante líquido.

Al llegar la etapa de frío pues como que estos alimentos pierden vigencia, las ensaladas quedan de lado, las frutas no provocan mucho y el beber agua se hace algo imposible, generalmente recurrimos a alimentos más calóricos, a bebidas calientes y a nuestro querido chocolate. Otro factor importante es que en época de frío tenemos tendencia a menor actividad física, asimismo nuestro cielo limeño se ve muy gris, lo que hace que los problemas de depresión en algunas personas aumenten y por consiguiente exista más tendencia en esas personas a compensar comiendo dulces.

Pareciera que el panorama es muy desalentador e inevitablemente vamos a subir de peso en invierno. Nada más falso, es solo cuestión de tendencia, la cual nosotros podemos revertir para mantener nuestro peso y sobretodo una buena salud.

ALGUNOS TRUCOS

1. cambiar la ensalada con una crema de verduras

Al no comer muchas ensaladas, es ideal recurrir como primer plato a una crema de verduras, que no solo aporta minerales y vitaminas, sino que nos dejará más satisfechos, estos pueden ser de zapallo o calabazas, coliflor, cebollas, zanahorias, poro, choclo. Tener mucho cuidado con las sopas de carnes que tienen en su contenido mucha grasa. Muchas veces a mis pacientes les pregunto si desean quietarle la grasa a una carne; que es lo que hacen?, pues la sancochan y la retiran del agua porque allí esta toda la grasa. Pues si nos tomamos esas sopas estaremos consumiendo toda esa grasa; asimismo, no conviene usar cubitos, ya que estos aportan sodio y tienen más grasa

2. pasteles de verduras

Otra forma de reemplazar esas ensaladas es con un buen pastel de verduras, de espinaca, de acelga, de poro, de alcachofas.

Sólo hay que cuidar que la masa no tenga demasiada mantequilla. Por eso, a veces es preferible realizarlas en el hogar con harina, aceite y agua caliente.

3. no comer muy tarde

Nuestra alimentación debiera ser liviana porque el organismo digiere más lento en esta época. La última comida del día no debe pasar de las 8 de la noche, porque la gente suele dormir mucho más temprano. En esta temporada fría el organismo funciona más lento, por eso requiere alimentos menos pesados, que sean a base de frutas y verduras. Por las noches se pueden comer compotas que son alimentos calientes y es una forma de no dejar de lado nuestras frutas.

4. hacer ejercicio

Nada mejor que el ejercicio para entrar en calor, es importante mantener una rutina de caminata, trote o acudir a algún gimnasio de vez en cuando. Es importante que esta actividad se mantenga, hay que recordar que en invierno aumentan las demandas energéticas y quizás comamos algo de más, pues nada mejor que el ejercicio para compensar ese chocolatito de mas. Además hay que saber es que los chocolates que dicen “diet o sin azúcar” tienen igual o más calorías que uno normal. Porque, en realidad, están elaborados especialmente para personas con diabetes, y suelen reemplazar la glucosa por grasa. Asimismo si tenemos poca actividad, todo lo que comemos demás, el cuerpo lo ahorra y lo convierte en grasa.

4. comer legumbres como las menestras

Las legumbres también brindan un aporte calórico adecuado al gasto energético durante el invierno. Asimismo, es óptimo consumir arroz y pastas entre dos y tres veces por semana, para evitar comer más calorías que las acostumbradas, evitar usar salsas con cremas o altamente cargadas en grasa.

5. el agua es vida

No hay que disminuir el consumo de líquido, debe tomar entre seis y siete vasos de agua, limonada u otro refresco de alguna fruta. El organismo necesita agua las 24 horas del día los 365 días del año, y no solo en verano. El agua mantiene hidratadas nuestras mucosas y estaremos menos expuestos a agentes externos Si se están tomando antibióticos a causa de alguna infección respiratoria, es necesario reforzar la flora bacteriana intestinal con yogurt y fruta fresca muy rica en vitaminas.

LA IMPORTANCIA DE LAS VITAMINAS C Y A EN EL INVIERNO

En invierno estamos más propensos a los resfrios y a los trastornos respiratorios; El déficit de vitamina C reduce la resistencia a las infecciones, lo que puede comprometer nuestra salud durante días o semanas. Las verduras de la familia de las coles son las más ricas en vitamina C y ácido cítrico, que potencia la acción beneficiosa de esta vitamina. Igualmente, se consideran fuente importante de antioxidantes naturales: antocianinas (color morado), beta-carotenos (color amarillo-anaranjado-rojizo, enmascarado por la clorofila) y compuestos sulfurosos.

Por otra parte, nuestro organismo necesita vitamina A para mantener en buen estado la piel y las mucosas (entre ellas, las que recubren el interior de los bronquios) y reducir el riesgo de afecciones respiratorias. La zanahoria es el alimento más abundante en betacaroteno, antioxidante que en el intestino acaba transformándose en vitamina A El betacaroteno o pro vitamina A no se destruye con el calor, por lo que esta sustancia no se ve disminuida con la cocción de los alimentos. Con un consumo abundante de estas verduras mejoraremos el estado de la mucosa bronquial y aliviaremos la tos.

REDESCUBRIENDO AL CAMU CAMU

En la comparación con las naranjas, el Camu-Camu proporciona 10 veces más hierro, dos veces más de riboflavina, y cincuenta por ciento más de fósforo. Asimismo las naranjas proporcionan 500 a 4.000 porciones por millón de vitaminas C o ácido ascórbico, mientras que el Camu-Camu proporciona 21.000 a 500.000 porciones por millón de ácido ascórbico o 2-3 gramos por kilogramo. Con el camu camu está ocurriendo lo que en otras épocas sucedió con otros productos de la diversidad amazónica, un boom que podría modificar la economía de la Amazonía. Se trata de un pequeño fruto de color rojo y de fuerte y ácido sabor, que ha sido conocido y consumido desde siempre por los pueblos indígenas de la cuenca amazónica y que crece a orillas de los ríos ubicados entre los departamentos de Pucallpa e Iquitos.

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