jueves, 15 de mayo de 2008

diferencias de peso




Diferencias en cuanto a género, pues miles. Los hombres y las mujeres somos completamente distintos. A la hora de engordar y bajar de peso pues las diferencias son también marcadas.
Ha notado que cuando una mujer hace dieta para bajar de peso, hace ejercicios en regular cantidad, pues a comparación de un hombre que no hace tanto sacrificio baja quizás el doble de peso que ella? Pues aunque parezca broma hay muchas razones de peso para esto.
Cuando hablamos de obesidad, no sólo hablamos de diferencias de género o sea, masculino y femenino; sino, también, de diferencias en edad, grupo étnico, genética y factores ambientales. Estos últimos se refieren a lo que uno come y cuánto se ejercita.

DISTRIBUCIÓN DE GRASA
En primer lugar, se queman calorías gracias a nuestro metabolismo interno; es decir, respirar, hacer la digestión y mantener el sistema circulatorio funcionando; las mujeres lo hacen de manera más lenta que los hombres. De hecho, es entre cinco y diez por ciento más lento. Pero esto no es, necesariamente, a causa de que las mujeres se ejerciten menos. Es porque la composición muscular, ósea y de grasa en las mujeres es diferente de la de los hombres.
Por ejemplo, de acuerdo con las estadísticas, en un hombre joven, de unos 25 años, que pese 70 kg. 32 kg. Serán de músculo, 10.5 kg. Serán de hueso y 10.5 kg. Serán de grasa.
En cambio, en una mujer de la misma edad, que pese unas 57 kg., 20.5 kg. Serán de músculo, 7 kg. Serán de hueso, y tanto como 15.5 kg. Serán de grasa.

Y, precisamente, debido a esas diferencias en la proporción muscular de unos y otros es que los hombres queman más calorías que las mujeres, aun cuando están en reposo. En otras palabras, un hombre que hasta descansando, viendo televisión, sentadito ahí, tranquilito, está quemando grasa más rápido y mejor que una mujer.
En la mujer, esa acumulación de grasa es, principalmente, glúteo femoral, que es el área de nalgas, caderas y muslos. Es lo que se conoce, también, como un cuerpo en forma de pera. El hombre, en cambio, tiende a acumular más en el área de la barriga. Este patrón de acumulación de grasa, es lo que se conoce como cuerpo de manzana, que es más redondito en el medio.
Por mucho que nos incomode, no podríamos vivir sin grasa acumulada en el cuerpo. La grasa tiene la función de aislarnos del calor y el frío, y de proveernos reservas de energía para cuando no haya comida. Y en la mujer, la utilidad de estas reservas incluye el preparar al cuerpo para poder sobrevivir con menos comida en caso de que estuviera embarazada. Son reacciones bien primitivas y prehistóricas del metabolismo, porque fuimos diseñados para soportar condiciones adversas y para sobrevivir.
Otra cosa importante es que uno piensa que el tejido adiposo tiene que ver sólo con células que guardan grasa. Pero, ya se sabe que ese tejido es metabólicamente activo y que responde a ciertas hormonas del cuerpo. Por ejemplo, en el hombre, la grasa abdominal responde mejor a los estímulos hormonales, mientras que en la mujer, la grasa acumulada en la región glúteo femoral responde pobremente a las hormonas.
Otra tendencia marcada en las mujeres es que hay una marcada propensión a retener líquidos. Esto tiene que ver con los niveles de estrógeno. Ésta es una hormona que produce la mujer, específicamente, en los ovarios. Pero, su función es múltiple en muchas partes del cuerpo y tiene que ver con la formación y permanencia de los huesos. Por ello, cuando los ovarios la dejan de producir, como pasa durante la menopausia, puede ocurrir la osteoporosis.
Y hablando de menopausia, las mujeres también experimentan un aumento de peso en esta etapa de la vida, ya que al disminuir el estrógeno, el patrón de ganancia de peso se vuelve androide, como el hombre, y se comienza a acumular grasa en el área abdominal. Y es por ello que una mujer pos menopausica presenta esa barriguita como la del hombre.



TIPOS DE OBESIDAD
Pero éstas no son las únicas causas para que a las mujeres se les haga más fácil acumular grasa y más difícil deshacerse de ella que a los hombres.
Hay diferentes tipos de obesidad. Además, que un tipo de sobrepeso obedece al número de células adiposas (células de grasa) que hay en el cuerpo. Ésta se conoce como obesidad hiperplasia. Otro tipo de obesidad se conoce como hipertrófica, y se refiere al tamaño de las células de grasa que se desarrollan en el cuerpo durante el primer año de vida.
Los niños con obesidad hipertrófica; los que nacen con un mayor número de células de grasa en el cuerpo, tienen más probabilidades de ser obesos en la adultez. Ahora bien, las diferencias de género se hacen notables desde una edad temprana, ya que los patrones de distribución de grasa en el cuerpo, y cómo funciona el metabolismo, también son diferentes en los niños y en las niñas.
Si algo tenemos algo en común los hombres y las mujeres adultos es que la mayoría de nosotros padecemos de obesidad hipertrófica. Es decir, nuestras células adiposas han crecido desmesuradamente.
Para ambos sexos también, el enfoque del manejo del sobrepeso debe ser de acuerdo con el tipo de acumulación de grasa y no, simplemente, según los kilos que uno pese.
Lo mismo si se trata de un hombre que de una mujer, una cosa es definitiva: los músculos son metabólicamente más activos que el tejido graso y consumen más energía. De modo que, si hacemos ejercicios aeróbicos, mejoraremos nuestro consumo de energía y por ende, quemaremos más calorías y perderemos más peso.
Pero si bien el ejercicio es muy importante, a la hora de rebajar, la dieta influirá en un 70% y el ejercicio en un 30% en los resultados de nuestra pérdida de peso.
Entonces a no desmoralizarse si él baja más rápido que ella, simplemente tomará un poquito mas de tiempo, pero la meta esta ahí; llegar a un buen estado nutricional.

Dr. Gerardo Bouroncle Mc Evoy

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