martes, 3 de agosto de 2010


¿Y AHORA QUE PASTILLA ME TOMO?

Las famosas pastillas para adelgazar al final no dieron, ni dan el “famoso y mágico resultado” que algunos Médicos insistieron en proclamar a los cuatro vientos; de los tres principales que salieron al mercado, dos han sido retirados del mercado debido a los diversos efectos secundarios que presentaban, en comparación con sus magros resultados. Solo queda uno y al final ofrece un rendimiento bastante cuestionable……..pero……..¿Por qué es tan difícil encontrar un fármaco eficaz?

Se sabe que son muchos y complejos los mecanismos del Metabolismo humano y que no obedece a un solo medicamento, ya que mientras este actúa por un lado, pues por otro se activan otros mecanismos, lo que llevaría al ser humano a utilizar mucha medicación para bajar de peso, es decir tendría que vivir pendiente de tomar dos, tres y más pastillas para bajar de peso, controlar el apetito, la ansiedad, eliminar líquidos, etc. Esto indicaría que el acto conciente de comer seria un completo fracaso; pero al final ninguna pastilla solucionaría el problema de fondo que es y como siempre les digo a mis pacientes y es: “que comes mal”.

Hace poco, las autoridades sanitarias europeas recomendaron la retirada de la sibutramina (adissar, mesura, reductil, hipograss, saton, etc.); la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios también lo hizo, en nuestro país se hizo lo mismo; aunque la criollada del Peruano haga que se expenda por lo bajo en algunas “farmacias”. La razón fue la presencia de ciertos efectos secundarios peligrosos, en comparación con sus pobres resultados. Además, un reciente estudio, publicado en Archives of Internal Medicine, concluía que el único medicamento que queda en el mercado (el orlistat), junto a un régimen restrictivo en grasas, era peor para controlar la Presión arterial que una simple dieta pobre en hidratos, obteniéndose en ambos casos una reducción de peso similar.

Frente a esto, muchos se preguntan cómo es posible que, después de tanto tiempo y recursos invertidos, no se haya encontrado un medicamento eficaz y seguro contra un problema tan grave como es la obesidad. La razón es que el cuerpo del hombre y en general de los mamíferos está diseñado, por una mera cuestión de supervivencia frente a los previsibles periodos de escasez, para acumular grasa cuando las circunstancias son favorables. Y en las sociedades avanzadas, desde luego que lo son: disponibilidad de comida barata, abundante, grasosa y apetitosa, unido a un nivel muy bajo de ejercicio físico.

La evolución ha hecho que los mecanismos para asegurar la acumulación de grasa en el organismo sean múltiples y complejos., el principal problema para encontrar dicho medicamento es la poca información que tenemos acerca de los mecanismos que hacen que el cuerpo humano engorde.

En realidad una dieta equilibrada y algo de ejercicio son las claves para luchar contra el sobrepeso. Sin embargo, y dada la dificultad existentes para resolver el problema y la importancia del mismo, el apoyo farmacológico debería ser una herramienta valiosa pero “solo” y “sobre todo” en casos graves de obesidad y no de un ligero sobrepeso como lamentablemente se hizo con la sibutramina.

Ahora solo queda preguntarle a aquellos Médicos que ya no la van a poder dar indiscriminadamente a sus “pacientes”…………. ¿se te acabo el negocio?

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