OJOS DE MADRE
Un
problema muy serio que venimos enfrentando los médicos desde hace ya muchos
años es la conocida “Persona Sana”, este término lo empleamos para identificar
a esa persona que dice que nunca va al médico porque no se enferma y no lo
necesita. Como ya antes he mencionado en otros artículos quizás esta sea la
persona más enferma del mundo ya que al nunca haberse hecho un control
“Preventivo” lo más probable es que cuando le suceda algo con su salud pues ya
sea un poco tarde. La Prevención sigue siendo el paradigma Fundamental cuando
hablamos de Salud, esa persona sana es al que no enferma porque sigue pautas
con su estilo de vida y acude a su médico regularmente solo a “Control”.
A esto se
nos ha venido a sumar en los últimos años, que esta conducta está orientada ya
no solo a su persona sino a sus hijos; hoy en día enfrentamos a Padres que se
niegan a pensar que la salud de sus hijos esta quebrantada sobre todo por el
sobrepeso y la Obesidad, de forma
abrumadora y alarmante hemos descubierto que casi el 90% de las madres de niños con sobrepeso no
reconocieron que lo sufrían. Dado que el primer paso para resolver un problema
es reconocer que existe, esta falta de objetividad de las madres hacia sus
hijos es la primera dificultad que hay que superar. Para ello, lo mejor es
acudir regularmente a los controles pediátricos en donde se llevará un riguroso
control de los percentiles y las tablas de crecimiento y desarrollo.
LO QUE NO SE CONOCE, NO SE APRENDE
La última investigación de la Escuela de Medicina de la
Universidad de Maryland (Estados Unidos), en donde se investigaron 281 casos de
madres y niños con sobrepeso hasta los tres años concluyó que casi el 80% de
las madres no tenía la menos idea que sus hijos estaban con sobrepeso.
La negación de las madres a admitir que sus hijos no solo
están con sobrepeso sino que están expuestos a muchas enfermedades a su edad
iba en relación directa al sobrepeso y obesidad de los padres también y a que
estos niños se relacionaban con personas de sus mismas características, lo que
impedía la objetividad de las Madres. Para ellas el mundo es de “gorditos”.
Otro aspecto importante es que aún hoy en día en muchas sociedades hablar de
“niño gordito” es hablar de “niño saludable”.
Y es que el problema parte de que hace muchos años solo
hablábamos de malnutrición en niños con déficit de peso, quienes eran los más
proclives a enfermar de problemas digestivos sobretodo. Lamentablemente el
sobrepeso y la obesidad al ser estados de
Malnutrición lo ponen al niño actual en las mismas
condiciones que aquel desnutrido de hace muchos años.
OBJETIVIDAD
Debemos pues, tener muy en cuenta este estudio y aceptar
que, probablemente, nosotros tampoco seremos buenos jueces del estado de
nuestros hijos. La solución es acudir al pediatra que auxiliado por las tablas
de percentiles como mencioné, nos dirá
si nuestro niño tiene o no sobrepeso. A partir de ahí, podemos empezar a
solucionar el problema que en un 100% empieza en casa.
Algunos padres culpan a los Comedores escolares de
presentar alimentos engordantes a sus hijos; este es otro error tremendo sumado
a la negación del sobrepeso de los hijos. Los comedores escolares cuentan con
una supervisión siempre de un nutricionista quien balancea de manera adecuada
la cantidad de grasas, proteínas y carbohidratos en la dieta diaria. A esto hay
que sumarle el trabajo esmerado para elaborar menús que puedan complacer los
gustos en General, ya que hay niños que no comen frutas, verduras, menestras,
pescado, etc. Pero esto lo arrastran de la Casa única y exclusivamente como un
mal habito.
Los padres que niegan el sobrepeso que tienen los hijos
cuando son enfrentados a la realidad empiezan a buscar culpables y el Primero
siempre es el “Comedor Estudiantil” o el kiosco del colegio. Es decir, el
culpable siempre tienen que ser alguien más, menos nosotros mismos.
ALMUERZO ESTUDIANTIL
Daniel es un niño de 10 años de edad, almuerza en el
colegio de lunes a viernes en el comedor supervisado por un nutricionista. El día
de hoy como primer plato le toco una crema de verduras y como plato de fondo
Puré con asado y unas legumbres, su postre fue una fruta. Hasta aquí va todo de
maravilla. Sin embargo veamos la conducta de Daniel el resto del día y
sacaremos nuestras conclusiones de porque engorda.
Al levantarse su mamá le da un plato de avena con leche,
una taza de Cereal azucarado y un pan con mantequilla, lo envía con una
lonchera en donde hay un jugo de caja altamente azucarado, pan con hot dog y
una manzana, asimismo le da 10 soles para que coma algo en el recreo hasta la
hora del almuerzo; Daniel se compra un pan con pollo con mayonesa y papas fritas
y una bebida gaseosa altamente azucarada más un paquete de galletas con
chocolate.
Luego llega el almuerzo, como no le gustan las verduras
él obvia la crema de verduras y solo come el asado y el Puré. El abuelo lo
recoge del colegio y va la pregunta de Rigor ¿almorzaste todo? Pues ya sabemos
la respuesta; pues no, hoy la comida estuvo fea.
El Abuelo o la madre que lo recoge al intuir que este
niño no almorzó bien, le compra una hamburguesa con papas fritas y una gaseosa
en un sitio de Comida Rápida (fast food) porque por la tarde va a algún taller
escolar y lo más probable es que recién “Almuerce” a las 5 de la tarde. Al
llegar a casa pues almuerza una milanesa con papas fritas y arroz.
Por la noche llega el Padre quien lo más probable es que
no haya almorzado bien y comió en un sitio de comida rápida cualquier cosa.
Entonces como es el Momento familiar coge el teléfono y llaman a la pizzería o
al chifa o al pollo a la brasa y todos puedan comer algo antes de ir a la cama.
ALMUERZO MAS ALMUERZO
Si nos ponemos a
analizar el almuerzo de Daniel, pues esta es la comida más fuerte del
día, la comida rápida de la tarde es otro almuerzo y la comida al llegar a casa
es otro almuerzo, por la noche volvió a
almorzar. Hoy Daniel almorzó 4 veces.
¿Engordara?.............por supuesto que sí. Sus padres
culparan al colegio o a quien sea, pero nunca admitirán que los únicos responsables
del deterioro de la Salud de ese niño son ellos. Lo primero es aceptar que
nuestro niño tiene problemas de peso, luego aceptar en cambiar el modo de
alimentación en la casa y lo tercero y lo más difícil es buscar una asesoría
adecuada.
Sin embargo cuando el Pediatra nos da la primera señal de
alarma es cuando debemos actuar: mejor alimentación, más ejercicio, mejores
costumbres; pero, todos en el Hogar y no solo el niño, ya que su sobrepeso y
obesidad ha sido consecuencia de nuestras malas actitudes alimentarias; un niño obeso tiene muchos factores de riesgo
para serlo también de mayor. Muchas veces, en nuestra mano está evitarlo.
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