¿SE PODRÍA CONSIDERAR A UN COMEDOR COMPULSIVO UN VERDADERO “ADICTO”?
En realidad el tema es muy discutible, a pesar de que como médicos tratamos muchos tipos de adicciones como las drogas y el alcohol, cuando hablamos de la comida surgen divergencias grandes. Sin embargo en los últimos años se ha tratado de investigar que sustancia podría estar alterada en estos casos alimentarios. Durante muchos años se asocio a la Serotonina, sin embargo los inhibidores de esta sustancia no demostraron un tratamiento eficaz, razón por la cual medicamentos como la Sibutramina (reductil, hipograss, satón, adissar, etc) tuvieron que salir del mercado, a parte de los efectos adversos ya conocidos.
Los últimos enfoques están orientados a evaluar la actividad cerebral tanto en un drogadicto como en un comedor compulsivo; en los dos casos se ha encontrado un patrón emocional en común; según las conclusiones de los investigadores, aquellas personas que se estudiaron y que habían dado notas más altas en el test de adicción a la comida mostraron en mayor medida una actividad cerebral similar a la que se produce en los adictos a las drogas. Es decir, que ambas adicciones tendrían una respuesta cerebral del mismo tipo y, también, que ciertas comidas pueden resultar adictivas para algunas personas. Esto podría explicar la dificultad que muchas tienen para perder peso.
Si bien la intensidad en uno y en otro son distintas; se demostró asimismo que a una persona drogadicta se le hace difícil conseguir la droga; en contraposición con un comedor compulsivo que es muy sencillo encontrar comida. Pero entonces porque el patrón del comedor compulsivo llega a ser similar al de la persona que consume drogas?..... Pues hay un punto que nunca se tomo en cuenta y es que las personas que rodean al comedor compulsivo en la mayoría de casos refuerzan ese estímulo no solo dándoles de comer sino algo peor y es comiendo delante de ellos generando “la provocación”. Por qué, entonces, compramos todo tipo de comida insana pero apetecible sin tener en cuenta el daño que le podemos hacer con ello?
Visto de otra manera; se imagina si uno deja botellas de licor por todo el hogar y dentro vive una persona alcohólica?
PRIMER PASO: ALTERACIÓN EMOCIONAL
El razonamiento puede repetirse con uno mismo: si tuviéramos tendencia a consumir determinada sustancia adictiva que nos hace daño, trataríamos por todos los medios de mantenernos alejados de determinados ambientes o tentaciones que nos llevarían a ella. Hagamos lo mismo con la comida.
Sin embargo la experiencia nos ha demostrado muchas veces lo opuesto; vemos parejas casadas que uno se pone a régimen para bajar de peso y la otra persona come delante de ella y compra comida, jugando no solo con la sensibilidad y sentimientos de la pareja sino peor aun agrediéndola psicológicamente.
Yendo un poco más allá de lo que podamos imaginar, hay padres que hacen esto; es decir “comen delante de los hijos” alimentos no solo prohibitivos en su dieta sino que les increpan que son dañinos. Hoy en día esto ya está siendo reevaluado en países desarrollados en donde este tipo de conducta de un padre es ya “maltrato infantil”. En muchas oportunidades en la consulta les digo a los niños: “cuando veas a tu papa comiendo papas fritas, gaseosas o chocolates delante tuyo, cuando tu no los puedas comer, es lo mismo que si te hubiera dado tres cachetadas…….eso se llama Maltrato”.
Este es quizás el punto de partida de aquellos adictos a la comida, que cuando niños sufrieron no solo represión alimentaria sino maltrato psicológico, y ya en la vida adulta tienen un descontrol en sus patrones no solo de vida sino alimentarios que lo llevara a deteriorar su salud física y emocional, tanto quizás como aquel drogadicto del que empezamos a hablar.
SEGUNDO PASO: ALIMENTOS ADICTIVOS
Se ha demostrado que el alimento en exeso azucarado puede generar un síndrome de ansiedad, tan intensa como la del alcohol y la del tabaco; a esto se le conoce con el Nombre de sweet tooth o el Diente dulce; esto obedece a factores individuales, pero también se ha visto culturales y aprendidos; es por ello que vemos familias con problemas alimentarios, sociedades e inclusive países, el ejemplo más grande son los EEUU. Para poder determinar que tan adictos al dulce somos deberíamos primero analizar estas preguntas:
Qué cantidad de dulce consumo en un día?
Como dulces a escondidas?
He hurtado dulces de alguien cercano a mi (papá, mamá, hermanos, etc.) sin que se den cuenta?
Dejo de comer mis alimentos para reemplazarlos por el dulce?
Niego mi debilidad a los dulces?
Un caso particular es el chocolate ya que, además de azúcar, tiene otras sustancias que lo hacen especialmente apetecible y, para muchos (sobre todo, mujeres), obsesivo objeto de deseo: hasta un 75% de mujeres británicas declararon tener dificultad en controlar su consumo.
Tras numerosas investigaciones, se sabe ahora que el chocolate aumenta el nivel de serotonina en el cerebro, por lo que mejora el estado de ánimo, regula la agresividad y puede calmar el malestar. Incluso, el chocolate tiene ciertos compuestos con afinidad por los mismos receptores que el cannabis, que aumentan la sensación de placer y bienestar. Por último, y al igual que otros alimentos de sabor agradable, libera endorfinas en el cerebro. Es sabido asimismo que una mujer cuando está atravesando por el ciclo menstrual tiene un pequeño desequilibrio en la recaptación de serotonina, que es fácilmente regulado por un chocolate, esta sensación es experimentada casi por un 80% de mujeres; de ello podríamos desprender la tendencia de la mujer más que el hombre hacia la adicción al chocolate.
TERCER PASO: BUSCAR SALIDAS FACILES
Si una persona compulsivo-alimentaria ya está en camino de la adicción alimentaria, pues el mejor tratamiento es un soporte médico-psicológico-alimentario; es decir multidisciplinario tanto o igual como aquel adicto a las drogas. Lamentablemente la mayoría de personas “adictas a la comida” quieren una solución rápida y fácil.
Haciendo algo de Historia, a principios del siglo pasado “la depresión” en el ser humano era tratada por algunos Médicos implantando órganos de animales en el cuerpo como testículos de cabras y gónadas de monos, causando gran expectativa en estas personas; hoy en día nos suena hasta “ridículo” pensar que alguien en su sano juicio hubiera podido haberse sometido a tal cirugía, pero como en aquel programa de televisión cabe decir: “es cierto, aunque usted no lo crea”.
Parches, bolitas de metal en las orejas, acupuntura, pastillas quema grasa, cremas adelgazantes y cuanto producto en el mercado tenemos el día de hoy y que se vende libremente para bajar de peso y quitar esos kilos de más, pues también de aquí en unos 50 años nos parecerán “ridículos” ya que es simplemente: “mentira”. Lamentablemente hay una impunidad tremenda para hacer negocio con este tipo de productos como por ejemplo los que se venden por televisión, asimismo se ha determinado que casi el 70% de personas que compran productos para bajar de peso en “forma fácil y sencilla” son las personas compulsivo-alimentario y ven reforzado su estimulo comprando estos productos-estafas; ya que inconscientemente al no ver resultados lo único que hacen es reforzar el:“no voy a bajar de peso nunca porque pruebo de todo”.
Cabría decirles que prueban de todo, pero de “todo lo que no sirve”; es importante por ello identificar si somos de estas personas o las tenemos en casa y tomar las medidas correctivas del caso.
La adicción alimentaria hoy está cobrando cada día más vigencia; como mencione anteriormente un enfoque médico a este trastorno es indispensable y al igual que en una persona adicta a las drogas el entorno familiar juega un papel fundamental en el tratamiento control y cura definitiva.
En realidad el tema es muy discutible, a pesar de que como médicos tratamos muchos tipos de adicciones como las drogas y el alcohol, cuando hablamos de la comida surgen divergencias grandes. Sin embargo en los últimos años se ha tratado de investigar que sustancia podría estar alterada en estos casos alimentarios. Durante muchos años se asocio a la Serotonina, sin embargo los inhibidores de esta sustancia no demostraron un tratamiento eficaz, razón por la cual medicamentos como la Sibutramina (reductil, hipograss, satón, adissar, etc) tuvieron que salir del mercado, a parte de los efectos adversos ya conocidos.
Los últimos enfoques están orientados a evaluar la actividad cerebral tanto en un drogadicto como en un comedor compulsivo; en los dos casos se ha encontrado un patrón emocional en común; según las conclusiones de los investigadores, aquellas personas que se estudiaron y que habían dado notas más altas en el test de adicción a la comida mostraron en mayor medida una actividad cerebral similar a la que se produce en los adictos a las drogas. Es decir, que ambas adicciones tendrían una respuesta cerebral del mismo tipo y, también, que ciertas comidas pueden resultar adictivas para algunas personas. Esto podría explicar la dificultad que muchas tienen para perder peso.
Si bien la intensidad en uno y en otro son distintas; se demostró asimismo que a una persona drogadicta se le hace difícil conseguir la droga; en contraposición con un comedor compulsivo que es muy sencillo encontrar comida. Pero entonces porque el patrón del comedor compulsivo llega a ser similar al de la persona que consume drogas?..... Pues hay un punto que nunca se tomo en cuenta y es que las personas que rodean al comedor compulsivo en la mayoría de casos refuerzan ese estímulo no solo dándoles de comer sino algo peor y es comiendo delante de ellos generando “la provocación”. Por qué, entonces, compramos todo tipo de comida insana pero apetecible sin tener en cuenta el daño que le podemos hacer con ello?
Visto de otra manera; se imagina si uno deja botellas de licor por todo el hogar y dentro vive una persona alcohólica?
PRIMER PASO: ALTERACIÓN EMOCIONAL
El razonamiento puede repetirse con uno mismo: si tuviéramos tendencia a consumir determinada sustancia adictiva que nos hace daño, trataríamos por todos los medios de mantenernos alejados de determinados ambientes o tentaciones que nos llevarían a ella. Hagamos lo mismo con la comida.
Sin embargo la experiencia nos ha demostrado muchas veces lo opuesto; vemos parejas casadas que uno se pone a régimen para bajar de peso y la otra persona come delante de ella y compra comida, jugando no solo con la sensibilidad y sentimientos de la pareja sino peor aun agrediéndola psicológicamente.
Yendo un poco más allá de lo que podamos imaginar, hay padres que hacen esto; es decir “comen delante de los hijos” alimentos no solo prohibitivos en su dieta sino que les increpan que son dañinos. Hoy en día esto ya está siendo reevaluado en países desarrollados en donde este tipo de conducta de un padre es ya “maltrato infantil”. En muchas oportunidades en la consulta les digo a los niños: “cuando veas a tu papa comiendo papas fritas, gaseosas o chocolates delante tuyo, cuando tu no los puedas comer, es lo mismo que si te hubiera dado tres cachetadas…….eso se llama Maltrato”.
Este es quizás el punto de partida de aquellos adictos a la comida, que cuando niños sufrieron no solo represión alimentaria sino maltrato psicológico, y ya en la vida adulta tienen un descontrol en sus patrones no solo de vida sino alimentarios que lo llevara a deteriorar su salud física y emocional, tanto quizás como aquel drogadicto del que empezamos a hablar.
SEGUNDO PASO: ALIMENTOS ADICTIVOS
Se ha demostrado que el alimento en exeso azucarado puede generar un síndrome de ansiedad, tan intensa como la del alcohol y la del tabaco; a esto se le conoce con el Nombre de sweet tooth o el Diente dulce; esto obedece a factores individuales, pero también se ha visto culturales y aprendidos; es por ello que vemos familias con problemas alimentarios, sociedades e inclusive países, el ejemplo más grande son los EEUU. Para poder determinar que tan adictos al dulce somos deberíamos primero analizar estas preguntas:
Qué cantidad de dulce consumo en un día?
Como dulces a escondidas?
He hurtado dulces de alguien cercano a mi (papá, mamá, hermanos, etc.) sin que se den cuenta?
Dejo de comer mis alimentos para reemplazarlos por el dulce?
Niego mi debilidad a los dulces?
Un caso particular es el chocolate ya que, además de azúcar, tiene otras sustancias que lo hacen especialmente apetecible y, para muchos (sobre todo, mujeres), obsesivo objeto de deseo: hasta un 75% de mujeres británicas declararon tener dificultad en controlar su consumo.
Tras numerosas investigaciones, se sabe ahora que el chocolate aumenta el nivel de serotonina en el cerebro, por lo que mejora el estado de ánimo, regula la agresividad y puede calmar el malestar. Incluso, el chocolate tiene ciertos compuestos con afinidad por los mismos receptores que el cannabis, que aumentan la sensación de placer y bienestar. Por último, y al igual que otros alimentos de sabor agradable, libera endorfinas en el cerebro. Es sabido asimismo que una mujer cuando está atravesando por el ciclo menstrual tiene un pequeño desequilibrio en la recaptación de serotonina, que es fácilmente regulado por un chocolate, esta sensación es experimentada casi por un 80% de mujeres; de ello podríamos desprender la tendencia de la mujer más que el hombre hacia la adicción al chocolate.
TERCER PASO: BUSCAR SALIDAS FACILES
Si una persona compulsivo-alimentaria ya está en camino de la adicción alimentaria, pues el mejor tratamiento es un soporte médico-psicológico-alimentario; es decir multidisciplinario tanto o igual como aquel adicto a las drogas. Lamentablemente la mayoría de personas “adictas a la comida” quieren una solución rápida y fácil.
Haciendo algo de Historia, a principios del siglo pasado “la depresión” en el ser humano era tratada por algunos Médicos implantando órganos de animales en el cuerpo como testículos de cabras y gónadas de monos, causando gran expectativa en estas personas; hoy en día nos suena hasta “ridículo” pensar que alguien en su sano juicio hubiera podido haberse sometido a tal cirugía, pero como en aquel programa de televisión cabe decir: “es cierto, aunque usted no lo crea”.
Parches, bolitas de metal en las orejas, acupuntura, pastillas quema grasa, cremas adelgazantes y cuanto producto en el mercado tenemos el día de hoy y que se vende libremente para bajar de peso y quitar esos kilos de más, pues también de aquí en unos 50 años nos parecerán “ridículos” ya que es simplemente: “mentira”. Lamentablemente hay una impunidad tremenda para hacer negocio con este tipo de productos como por ejemplo los que se venden por televisión, asimismo se ha determinado que casi el 70% de personas que compran productos para bajar de peso en “forma fácil y sencilla” son las personas compulsivo-alimentario y ven reforzado su estimulo comprando estos productos-estafas; ya que inconscientemente al no ver resultados lo único que hacen es reforzar el:“no voy a bajar de peso nunca porque pruebo de todo”.
Cabría decirles que prueban de todo, pero de “todo lo que no sirve”; es importante por ello identificar si somos de estas personas o las tenemos en casa y tomar las medidas correctivas del caso.
La adicción alimentaria hoy está cobrando cada día más vigencia; como mencione anteriormente un enfoque médico a este trastorno es indispensable y al igual que en una persona adicta a las drogas el entorno familiar juega un papel fundamental en el tratamiento control y cura definitiva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario